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    El tanque de agua es fundamental para toda casa. La importancia del agua para las personas no tiene comparación, ya que es esencial para cualquier tipo de vida conocida. Representando cerca de un 60%, el agua es un componente fundamental en el cuerpo humano, por lo que es vital garantizar las mejores condiciones de almacenamiento.

    A pesar que en muchas regiones existen entidades dedicadas al cuidado y mantenimiento de aguas para acondicionarse al consumo humano, no está de más conocer ciertas pautas y recomendaciones al momento de almacenar el vital líquido en tanques de agua. A continuación, te presentamos distintos consejos para cuidar y mantener el agua en las mejores condiciones posibles.

    Escoge un tanque adecuado

    Los tanques de almacenamiento son una herramienta útil y práctica para mantener el agua sin contaminantes, permitiendo así su conservación.

    Es esencial que el tanque de almacenamiento de agua tenga un diseño estructural y proceso de fabricación que impida daños por aguas o suelos corrosivos. Es necesario que sean resistentes a la intemperie y a los impactos, ya que de esta forma evitará fugas y filtraciones que alteren la calidad del agua almacenada.

    Actualmente se recomienda que los tanques sean de polietileno, ya que es un material que evita la corrosión, el paso de la luz, y evita que se generen algas o lama. Inclusive el color del tanque está parametrizado, donde el azul es para agua potable y el color negro para el uso séptico.

    Utilidad del tanque

    Dependiendo de la finalidad y ambiente en el que se ubique el tanque, se deben tener ciertas consideraciones:

    Si cerca del tanque o entrada al mismo hay cultivos, se deben evitar los pesticidas y sustancias químicas que lleguen a contaminar el agua que será empleada para uso de la comunidad. Asimismo, la comunidad debe ser consciente y emplear con cuidado el agua para sus cultivos.

    En caso de ser agua para consumo humano, la misma debe pasar por unos filtros luego de ser almacenada en forma segura en un tanque no presente fallas físicas (golpes que traducen en posibles fugas). Si el lugar donde se almacena el agua posee fugas, se perderán grandes cantidades de agua ya sea por evaporación (cuando el aire seca el agua) o infiltración (cuando el suelo absorbe agua). 

    Para poder ahorrar agua, en caso de fugas, se debe reparar o reemplazar las tuberías, grifos y tanques de agua rotos. Las fugas también son un signo de posible contaminación, ya que los microorganismos pueden ingresar a los tanques y tuberías a través de las grietas.

    Para el escenario en el cual se va a almacenar por un largo tiempo, esta se debe mantener lejos de la luz solar, en lugares frescos y con sombra constante, de esta forma se mantiene el agua fresca y lista para el consumo humano

    Chequeo constante del mantenimiento del tanque

    Los tanques que almacenan agua potable presentan acumulación de desechos y suciedad, por lo que su revisión y desinfección debe realizarse cada seis meses aproximadamente.

    Propiamente al tanque se le necesita realizar su revisión respectiva, es decir, que los flotantes mecánicos y automáticos realicen el cierre correspondiente, las tapas de inspección este integra, los sellos de las válvulas mantienen su sello y la boquilla de las válvulas de entrada no sedimente arena.

    La limpieza del tanque debe realizarse al menos dos veces al año, siempre dependiendo de la ubicación, clima al que se somete y cantidad de agua que maneje.

    Limpieza eficiente

    Comienza con un cierre de la válvula de entrada de agua y apertura de la válvula de drenaje hasta vaciar el tanque casi hasta el fondo, dejando 15 cm de agua. Se debe limpiar tanto el fondo como las paredes del tanque. Para ello se requieren guantes de limpieza, cepillo y agua.

    Se cepilla las paredes y fondo del tanque buscando despegar cualquier residuo y sarro que se encuentre fijo en la superficie. Una vez que esté completamente vacío se debe enjuagar en múltiples ocasiones con agua hasta observar que ya no hay residuos visibles.

    Ahora es momento de la desinfección. Se requiere solo un agente limpiador, como lejía. Generalmente no se utilizan otros productos de limpieza porque pueden ser tóxicos para el consumo. Por lo tanto, el efecto desinfectante de la lejía hace que la limpieza sea todo un éxito.

    Para ello, se pone 1 litro de lejía por cada 1000 litros de agua, para una correcta desinfección. Se recomienda el uso de Vim Lavandina en Gel, y se deja actuar por un tiempo prudente. Finalmente enjuagar correctamente y vas a tener agua limpia para los próximos seis meses.

    Estos consejos representan pequeñas píldoras de información, que toda persona tenga al momento de realizar una limpieza y mantenimiento de un tanque de agua potable. Se espera que sean de gran utilidad y ayuden a crear la conciencia necesaria para mantener el agua en sitios seguros y limpios que no afecten nuestra salud.


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