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    En la mayoría de los casos, el centro de atención que se hace cargo del manejo del insomnio es el centro de atención primaria. El tratamiento del insomnio debe entenderse como un enfoque holístico  para identificar las causas (médicas, psiquiátricas, sociales, etc.) desencadenantes, síntomas y efectos. El tratamiento del insomnio primario se basa en una variedad de estrategias de mejora del estilo de vida y del comportamiento, combinadas con el tratamiento farmacológico adecuado según sea necesario.

    El objetivo es proporcionar a los pacientes recursos para gestionar el proceso y minimizar el uso de la hipnosis. Todo ello requiere un papel activo del paciente en el proceso de tratamiento, que permita el control y seguimiento de la respuesta y motivación del paciente. El comportamiento debe comenzar por educar a los pacientes y sus seres queridos sobre el insomnio (qué es, cómo sucede, cuáles son las opciones de tratamiento, etc.). Estos conceptos erróneos sobre el sueño y sus cambios pueden prolongar el insomnio.

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    Intervención no farmacológica

    Las intervenciones no farmacológicas fueron efectivas para inducir cambios confiables y sostenidos en los patrones de sueño en pacientes con insomnio crónico. Los abordajes psicoterapéuticos del insomnio se basan esencialmente en intervenciones conductuales y cognitivo-conductuales, con adecuados niveles de evidencia sobre sus beneficios. 

    Este tratamiento debería ser el tratamiento de primera línea para pacientes con insomnio. Sin embargo, estos tratamientos tienen limitaciones como la escasez de profesionales capacitados, los altos costos y el hecho de que demoran más que la prescripción. Todo ello hace que no se estén utilizando adecuadamente en atención primaria. Sin embargo, algunas, como la restricción de camas y el control de estímulos, se pueden realizar sin problemas y sin un tiempo excesivo de atención primaria.

    Terapia farmacológica

    Los fármacos para el tratamiento del insomnio se combinan con la terapia cognitivo conductual. Los hipnóticos se recomiendan solo si se requiere una pronta respuesta a los síntomas, el insomnio provoca una discapacidad severa y grave, las medidas no farmacológicas no producen el efecto deseado o la afección desaparece. Tratamiento con medicamentos que son la base del sueño a largo plazo una vez superada la causa.

    En todos los casos, los hipnóticos se utilizan como monoterapia a las dosis más bajas posibles a corto plazo (menos de 7 días por noche) o intermitente (2-3 noches por semana). Las recomendaciones actuales establecen un retraso de hasta 14 días cuando se usan hipnóticos para tratar el insomnio. 

    El tratamiento intermitente tiene la ventaja de mejorar la satisfacción del paciente porque proporciona una menor ingesta de drogas, menor potencial de abuso, efectos comparables en la mejora de la condición y, sobre todo, un mejor control del número de pacientes. La elección del fármaco hipnótico apropiado se realiza individualmente en función del tipo de insomnio, las necesidades individuales del paciente y el nivel de alerta requerido al día siguiente. 

    Las clases de tratamiento más utilizadas y efectivas para el tratamiento del insomnio son las benzodiacepinas (BDZ) y los compuestos no benzodiazepínicos que mantienen una seguridad y eficacia superior a otros hipnóticos como los barbitúricos. No parece haber una diferencia relevante al recomendar el uso de una BDZ en lugar de otra BDZ o Z (compuesto no benzodiazepínico). 

    Por ello, se utiliza el que mejor se adapta al perfil clínico del paciente. Se muestran los principales medicamentos para hipnosis que se comercializan en España. Se debe prestar especial atención a los pacientes con antecedentes de abuso de estimulantes. Este paciente puede ser considerado una contraindicación para la hipnosis. Al prescribir tratamiento con hipnóticos, el médico debe ser informado de la duración del uso, o sea, el tratamiento limitado y los efectos no deseados del uso a largo plazo. Los pacientes son monitoreados, evaluados por posibles efectos secundarios y evitan la dependencia de las drogas.

    Benzodiazepinas hipnóticas

    BDZ es un inhibidor del SNC que actúa como un agonista no selectivo del receptor del ácido gamma-aminobutírico A (GABA-A). Tienen efectos hipnóticos, ansiolíticos, relajantes musculares y antiepilépticos. Son efectivos en el tratamiento del insomnio ocasional a corto plazo, pero no hay evidencia suficiente para respaldar su uso a largo plazo. 

    Aumentan la eficiencia del sueño, pero cambian su arquitectura: cambiando el tiempo de las diferentes etapas del sueño. La duración máxima del tratamiento no debe exceder las 4 semanas (incluidos los síntomas de abstinencia graduales), ya que el uso prolongado del medicamento aumenta el riesgo de adicción y síntomas de abstinencia. 

    El efecto secundario más común es la adicción a las drogas. Para evitarlo, el fármaco se utiliza en dosis breves e intermitentes. El riesgo de dependencia de BDZ aumenta con el tratamiento a largo plazo (3 meses o más), dosis altas y el uso de BDZ con vida media corta (alprazolam, lorazepam, midazolam) y ansiolíticos altos (alprazolam, lorazepam). El riesgo de muerte por sobredosis actualmente es bajo, pero la sobredosis provoca somnolencia, estupor, relajación muscular, depresión respiratoria, etc. El tratamiento de la sobredosis de BDZ es flumazenil (16,19 en pequeñas dosis de 0,5 mg cada 30 segundos, hasta una dosis acumulada de 1-5 mg en 2-10 minutos). 

     

     

    Recuerda que este artículo es meramente informativo y no tenemos facultad para recetar tratamientos, lo mejor es visitar a tu médico y ¿por qué no? Coméntale sobre lo que leíste aquí y no te quedes con las dudas. 


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